La demencia es un término genérico que engloba una serie de trastornos causados por cambios anormales en el cerebro.
Se manifiesta como una disminución de las capacidades cognitivas y una pérdida de memoria, y puede alterar el comportamiento y los sentimientos de las personas.
En el Reino Unido, se estima que más de 900.000 personas viven con demencia, una cifra que se prevé que aumente hasta 1,6 millones a finales de la próxima década.
Se calcula que alrededor del 60-80 por ciento de todos los casos de demencia tienen su origen en la enfermedad de Alzheimer, causada por la acumulación de proteínas nocivas en el cerebro.
La nueva investigación ha sido realizada por la Dra. Virginia Chang, experta en salud pública, y sus colegas de la Universidad de Nueva York.
Según la Dra. Chang: “El compromiso en línea puede ayudar a desarrollar y mantener la reserva cognitiva, que a su vez puede compensar el envejecimiento cerebral y el riesgo de demencia”.
En su estudio, el equipo examinó datos de salud y comportamiento de 18.154 adultos estadounidenses reclutados en el Estudio de Salud y Jubilación (Health and Retirement Study, HRS) de la Universidad de Michigan.
Todos los sujetos estaban libres de demencia y tenían entre 50 y 65 años al inicio del periodo de estudio, que comenzó en 2002.
Como parte del HRS, se preguntó a los participantes sobre su nivel de uso de Internet cada dos años, con seguimientos que duraron una media de casi 8 años y un máximo de unos 17 años.
Durante el periodo de estudio, se diagnosticó demencia al 4,68% de los participantes.
El equipo utilizó análisis estadísticos para explorar si existía una asociación entre la aparición de la demencia y el uso inicial de Internet.
También examinaron las relaciones entre el uso de Internet y factores demográficos como la educación, la raza/etnia, el sexo y la edad generacional.
Por último, los investigadores analizaron si el riesgo de demencia podría variar en función de la cantidad acumulada de uso regular de Internet, como “para ver si el inicio o la continuación del uso en la vejez modula el riesgo posterior”.
Los resultados, según el equipo, revelaron que “el uso regular de Internet se asoció con aproximadamente la mitad del riesgo de demencia en comparación con el uso no regular”.
“La diferencia de riesgo entre usuarios habituales y no habituales no varió en función del nivel educativo, la raza, la etnia o el sexo, [or] generat